Decíase
que decir bobadas reveladoras
era de importancia capital.
Decíase y argumentábase
con retórica absurdística
que Tio Pipeta
pirateó las Costa, las McKay y las Morocha.
Hoy ya no se dice nada,
ya no se dice nada,
y con ese silencio ya no tan bobo
se dice todo,
con un callar por olvido
o un callar ya olvidado.
Entonces uno ya no sabe qué decir.
Dícese hoy
que decíase
lo que nadie dice,
lo que no cabía en el mundo.
¿Acaso cabe todo
en el absurdo mundo
que exilia lo absurdo?
enero 10, 2010
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