Mi tía treta, defecando un suculento eño-mañeño-navideño, nos prohibió a toda costa repetir 7 palabras prohibidas dentro de la casa, argumentando que la pronunciación de éstas producía desagradables ondas sonoras que serían ácidas a nuestros infantiles oídos. Tales palabras eran: mañaña, chucha, carajo petulante y donde-chucha-dejaste-la-puerta-cabro´e moledera!?. Esta teoría fue descubierta en 1983, mientras nuestro tío mierda vomitó en pleno almuerzo familiar. Nosotros eramos unos niños de tan solo entre 0 y 89 años y todos los domingos almorzábamos en familia. Ese día, el ingrato tío mierda había comido tantas galletitas de leche en polvo pre-pegadas al paladar, que su fluido intestinal eructó verticalmente acompañado de un desagradable ruido estomacal, cual bañó nuestros retocados cabellos ochenteros con una asquerosa salsa alfredo. En el acto, mi tía treta dijo: "hombre paco, ¡que parece que perece, paco!" argumentando que las 7 palabras anteriormente descritas en esta entrada (entrada o ensalada, como usted deseé introducir el almuerzo) tenían efectos cola-terales. si esta bebida no satisface tus necesidades, puedes remplazarla por cola-líder.
2 años después, luego de un preocupante romance con una puerta, encontramos al tío mierda escribiendo "el manual de palabras prohibidas para leer y decir" el cual constaba de 162 ejemplos que resultaron ser totalmente falsos, porque nosotros, sus sobrinos, a modo de ven-ganza, soltamos a los gansos hembras y las llamamos para que vinieran hacia nosotros, pero de forma singular a cada gansa. Esto enfureció tanto al tío mierda que hoy, probablemente, 3 de cada 8 cebras no usan televisión digital. Las 5 restantes tampoco usan TV digital.
El que sí te ve, y si nos vió ese dia fue nuestro tio mierda. Quedó tan preocupado por las relaciónes entre el estomago y las galletitas; entre estados unidos y uniones estatales; entre las palabras y el ácido estomacál que decidió fundar la asociación de asociaciones asociadas a asociarse, conocida como a.a.a.a.a.a.a.a o "aaaaahhh conchetumanga!!" como le decían sus amigos, o "aaaaaahh tio mierda convidese galletita poh tio" como le decíamos los familiarers.
Hoy el tio mierda es el presidente de la A.A.A.A.A.A.A.A.. Trabaja para una extensa red flácida que fue tensa pero ya no lo es, y anda repartiendo tatecuaques por monton a petulante peripecia que vea o crea ver en el fondo de su wc personal. Y tú(rri) ¿Que recuerdas de aquel tío licenciado en cara-palida-en-plena-carretera con mencion en churrete-sobre-el-pavimento en hardvard?
2 comentarios:
Ahhhhh mi tia Treta, siempre con esos problemas intestinales.
Jaja recuerdo aquel preocupante romance con la puerta del ingrato tio mierda, nos hizo creer que los tatecuaques nasales eran buenos para las calumnias. Debe ser por eso que siempre que se levanta por las mañanas grita desaforadamente por al ventana: ¡¡sobaco cascarrabias!! ¡Rasurate la zopaipa! y ¡rascate la oreja, care ñufle!
Debe ser por eso que impartió la ley de "comer siempre que se tenga un respaldo caribeño y felpudos sumamente carajos" durante sus primeros 3 años en la presidencia de A.A.A.A.A.A.A.
Salteados!
Ayyy Tío mierda!
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